martes, 11 de septiembre de 2007

UN CAMBIO DE PERFIL


La mitad de los que fundan su empresa tiene entre 28 y 35 años. El 90% lo hace en grupo y el 73% tiene formación universitaria. A diferencia de los emprendedores de la crisis, no buscan sobrevivir sino realizarse.
En Argentina existe una nueva generación de emprendedores que nacen chicos pero consiguen sobrevivir y crecer. Según una investigación elaborada para el Banco Interamericano de Desarrollo, a diferencia de los que fundaron su primera empresa durante la última crisis para salir del charco, estos emprendedores dinámicos buscan independizarse y aplicar sus estudios. Pero lo más novedoso es que estas nuevas empresas son fruto de creaciones colectivas más que de esfuerzos individuales: según el estudio, el 89% fueron fundadas por equipos que promediaban tres socios. La cifra contrasta con el perfil de las micro y pequeñas empresas que había trazado el Observatorio de Empleo y Empresas del Ministerio de Trabajo: en 2003, el 70% de las nuevas empresas eran obra de una sola persona.
"El trabajo en equipo genera masa crítica, permite consensuar objetivos, determinar estrategias y aporta el valor del conocimiento multidisciplinario: variables necesarias para la creación de empresas exitosas", explicó Stella Puente, socióloga y subsecretaria de Industrias Culturales del Ministerio de Producción porteño. "Hoy los liderazgos son negociados, y las medallas y utilidades ya no son propiedad de un individuo. La complejidad de este mundo exige la confrontación de perspectivas. Hoy es casi inconcebible el trabajo unipersonal", coincidió Patricio Videla, consultor y especialista en marketing.
El estudio indagó, durante 2006, a 1.000 emprendedores de Latinoamérica, entre ellos 200 argentinos. Y arrojó otro resultado: la mitad de los que iniciaron el camino emprendedor tienen entre 28 y 35 años. "Está naciendo una nueva generación de emprendedores jóvenes con mayor sentido de la responsabilidad social, de cumplimiento con normas de calidad y de tener los papeles en regla", explicó a Clarín Hugo Kantis, doctor en economía, autor del trabajo y fundador de Dinámica SE, una red de apoyo a emprendedores .Y distinguió el éxito del fracaso según las motivaciones: "Es más probable que logren crecer los que emprenden por motivaciones positivas que quienes lo hacen por estar desempleados. Cuando se emprende sin vocación, si las empresas sobreviven es frecuente que no crezcan".
El legado familiar y educacional también suma. De hecho, el 50% de los nuevos emprendedores son hijos de padres independientes. "Es más posible que surjan emprendedores de familias con padres que trabajan de forma independiente, con cuya experiencia el futuro emprendedor entra en contacto desde joven— sigue Kantis—. Además, el conocimiento que da una educación universitaria suma para encontrar futuros socios". En la Argentina, el nivel de instrucción universitaria de los emprendedores dinámicos —los que logran transformarse en pyme y emplear a más de 15 personas— alcanza el 73%.
Según el estudio, las empresas que engrosaron el sector de las pymes se orientaron hacia el software, la ropa y los muebles con diseño. Matías Kulfas, subsecretario de la Pequeña y Mediana Empresa, lo confirma: "De 2003 a 2006 nacieron 50.000 nuevas pymes al año. El sector con la tasa de natalidad neta más alta es el software (11%) y le siguen la fabricación de máquinas de oficina (10,8%); manufacturas de cuero (7,5%) e indumentaria (7,2%)".
¿La receta para no fracasar en el intento? Concluye Kantis: "No hacer una copia de lo que ya existe. La clave está en diferenciarse, en ser innovador".
FUENTE: CLARIN
Gloria Sousa Dias
Nota publicada en: http://www.uipba.com.ar/ 11/9/07

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